El Intercambio de Recursos Comunitarios: aprendiendo mientras creamos juntas

Por Carmina Obanil Jul 21, 2022

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Tejer un tapiz requiere tiempo y paciencia. Al ver solo uno de los hilos sueltos, es difícil imaginar la forma que podría tomar. Pero una vez que los hilos se entrelazan, los sutiles filamentos se convierten en una tela fuerte y emergen hermosos diseños.

Aprendemos constantemente de las comunidades que quieren nutrir colaboraciones profundas con personas aliadas para liderar luchas poderosas. Es por eso que, junto con socios de base y de la sociedad civil, comenzamos a tejer un tapiz ambicioso: el Intercambio de Recursos Comunitarios (CRE).

El CRE es un sistema donde las comunidades pueden conectarse con colaboradores de todo el mundo y trabajar juntos en una diversidad de estrategias para fortalecer su capacidad para defender sus derechos en el contexto de inversiones internacionales y proyectos de desarrollo. En 2021 lanzamos un piloto de tres años del CRE, organizado por la Coalición para los Derechos Humanos en el Desarrollo. Mientras nos embarcamos en el segundo año, queremos compartir un vistazo de los patrones emergentes y las muchas lecciones aprendidas.

Hemos estado ocupados armando el marco para el CRE que es, en cierto sentido, el telar. Establecimos un comité asesor de 13 miembros, creamos tres grupos de trabajo regionales y contratamos a cuatro personas para la secretaría del CRE, incluida una coordinadora y facilitadoras regionales en América Latina, Asia y África. También diseñamos la convocatoria para propuestas mientras comenzamos a acercarnos a los grupos.

Además,  contactamos a 143 colaboradores potenciales y empezamos a desarrollar sistemas para mapear y rastrear colaboraciones.  Adicionalmente, trabajamos en 23 solicitudes de colaboración fuera del proceso de convocatoria.

En junio de 2021, cuando emitimos la primera convocatoria para recibir propuestas, tuvimos 188 solicitudes, la mitad de las cuales eran elegibles y caían dentro de la misión del CRE. Ahora estamos trabajando para facilitar colaboraciones para 58 luchas comunitarias, incluyendo dar apoyo financiero a 16 de ellas.

Tejer un tapiz lleva su tiempo. Sin embargo, algunas de las colaboraciones que se están tejiendo en el telar del CRE están comenzando a tomar forma uniendo esfuerzos locales, nacionales, regionales e internacionales.

Por ejemplo, en Armenia, la secretaría del CRE continúa apoyando a la organización ambientalista Green Armenia, que ha estado involucrada en la lucha contra la mina de oro Amulsar durante más de una década. Tehmine Yenokyan, presidente de Green Armenia, dijo: 

Estamos luchando para proteger la montaña Amulsar con todas nuestras fuerzas. El apoyo que recibimos es muy importante para nosotros y para la comunidad local. La licencia ambiental emitida para la mina está siendo impugnada en los tribunales ahora, y estamos monitoreando las audiencias, seguimos identificando problemas ecológicos y encontrando soluciones para la comunidad ecológica en nuestra región.

Manifestación contra la mina de Amulsar en Armenia, 2018.

El CRE también está trabajando de cerca con el Sistema de Alerta Temprana (EWS), una red hermana y con una base de datos administrada por el Proyecto de Responsabilidad Internacional (IAP), que rastrea los proyectos financiados por las principales instituciones financieras de desarrollo. Hayk Abrahamyan, organizador comunitario de IAP y miembro del comité asesor de CRE, declaró:

Trabajamos de cerca con el CRE, para asegurar que las comunidades tengan información verificada sobre los proyectos en sus territorios y conectarlos con diferentes colaboradores. También identificamos conjuntamente tendencias en respuestas dirigidas por la comunidad y apoyamos el aprendizaje entre pares entre comunidades. Por ejemplo, estamos planeando un intercambio de aprendizaje para comunidades de Armenia y Georgia que luchan contra proyectos mineros destructivos.

 

Lecciones aprendidas y próximos pasos

A medida que avanzamos, hay algunas lecciones que sabemos que harán que el CRE funcione mejor y más fuerte:

  • Maximizar y movilizar las redes existentes a nivel local

Conocer el contexto y la dinámica local es crucial para garantizar que se brinde apoyo a quienes más lo necesitan. A través de esta primera convocatoria de propuestas, aprendimos que necesitamos maximizar y movilizar las estructuras y redes ya existentes, especialmente a nivel regional y nacional. Planeamos trabajar con ellos en trabajos de divulgación y comunicación específicos, para asegurarnos de que las comunidades tengan una mejor comprensión del CRE, y para asegurar que la evaluación, las propuestas y la generación de vínculos estén lo más informadas posible sobre la dinámica local. En algunos países y regiones, también identificamos algunas brechas y estamos trabajando en el desarrollo de capacidades a través de capacitaciones, círculos de aprendizaje o conectando directamente a las comunidades con grupos internacionales que puedan ayudarlos.

  • Una explicación más clara

Necesitamos hacer un mejor trabajo para asegurar que las comunidades entiendan de qué se trata el CRE, antes de que hagan el esfuerzo de presentar una propuesta. Y necesitamos tomarnos el tiempo para explorar con las comunidades qué tipos de colaboraciones se pueden desarrollar y cuáles son las estrategias que serían más efectivas para sus luchas. Esto es crucial ya que la mitad del total de solicitudes (94) que recibimos no eran elegibles. Por un lado, esto es de esperarse ya que las comunidades también están en un proceso de aprendizaje para ver cómo usar el CRE. Por nuestra parte, estamos aprendiendo que en lugar de pedirles a las comunidades que identifiquen todos los hilos que les gustaría usar, debemos discutir qué tipo de textil quieren tejer; luego podemos ver con ellas los tipos de hilos disponibles y sugerir cuál podría encajar mejor.

  • Colaboraciones a la vanguardia

El verdadero corazón del CRE es facilitar colaboraciones efectivas y mutuamente beneficiosas. Sin embargo, en las postulaciones a la primera convocatoria y en sus evaluaciones, el foco se centró en el pequeño número de becas que el CRE puede ofrecer (alrededor de 24 becas de USD 5.000 cada una). Evaluar y dar seguimiento a las 184 solicitudes de asistencia financiera que recibimos, con el amor y cuidado que merecen, tomó más tiempo y recursos del CRE de lo que esperábamos.

Al reflexionar, hemos aprendido que necesitamos remodelar algunos procesos para garantizar que las colaboraciones estén siempre a la vanguardia. En lugar de emitir otra convocatoria mundial abierta para recibir propuestas, para la próxima ronda de asistencia financiera dedicaremos la mayor parte del año a profundizar el trabajo colaborativo con las comunidades que ya nos han contactado. Luego, reevaluaremos las mejores modalidades para ofrecer asistencia financiera, sopesando los pros y los contras de la divulgación dirigida, las convocatorias abiertas o alguna combinación.

  • Viendo los patrones

A medida que nos enfocamos en unir grupos que trabajan en colaboraciones específicas, también vemos el potencial más amplio del CRE: recopilar aprendizaje y comprender los patrones y tendencias agregados. Incluso con la muestra limitada de las propuestas recibidas hasta ahora, podemos ver diferentes patrones que emergen en nuestro tapiz. Por ejemplo:

  1. La mayoría de las solicitudes provinieron de grupos indígenas y organizaciones de mujeres.
  2.  Las comunidades que enfrentan inversiones en minería, petróleo y gas, infraestructura, silvicultura y tierras se han acercado al CRE en todas las regiones, con algunos enfoques regionales temáticos (como proyectos de electricidad e hidroeléctrica en América Latina; minería, derechos a la tierra y derechos de los pescadores en Asia y proyectos petroleros y mineros en África).
  3. Muchas comunidades han solicitado apoyo para campañas que involucran proyectos financiados por varios bancos de desarrollo.
  4. Muchas y muchos solicitantes quieren identificar a los financiadores detrás de los proyectos de desarrollo y aprovechar mejor los medios y las estrategias narrativas para avanzar en sus objetivos.

Seguimos avanzando

“Como este es un proyecto piloto del esfuerzo de CRE, estamos aceptando el desorden del proceso”, explica la coordinadora de CRE, Carmina Obanil. “Estamos abiertas a experimentar para encontrar los mejores modelos para facilitar las colaboraciones y para atraer más colaboradores al sistema. Hay mucho trabajo potencial que el CRE puede asumir, pero se necesita tiempo para asegurarse de que el trabajo se haga bien y de tal manera que las y los participantes se apropien del proceso”.

Ha sido un primer año emocionante para la secretaría del CRE. A medida que sigamos trabajando en el tapiz del CRE con otros, seguiremos encontrando nudos y trabas, y aprenderemos y nos adaptaremos con humildad y curiosidad. Seguiremos tejiendo cada hilo con amor y cuidado, respondiendo a esos nudos y trabas con paciencia, y un profundo agradecimiento por todas las manos que están creando esto con nosotras. Ya podemos ver emerger algunos hermosos símbolos, patrones y texturas que, aunque combinados, también son muy distintos. Lo que nos mantiene en marcha es el conocimiento de que este tapiz de resiliencia y resistencia que estamos tejiendo juntas y juntos será más grande que la suma de sus partes.

Te invitamos a compartir tu experiencia y pensamientos sobre cómo avanzamos juntos en el CRE. Agrega tus opiniones en la sección de comentarios debajo de este blog o escribe a lcotza@rightsindevelopment.org si quieres escribir un blog sobre tu experiencia con el CRE.

Etiquetas
  • CRE
  • Derechos Humanos
  • Human Rights
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Carmina Obanil
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